Limpiar el hollín de las piedras de la chimenea
Después de cada invierno, un paso indispensable consiste en limpiar el hollín de las piedras de la chimenea. En este post te aportamos algunos consejos.
Limpiar el hollín de las piedras de la chimenea al acabar la temporada de frío.
En este pasado invierno, has tenido la oportunidad de sacarle mucho provecho a tu chimenea, con lo que ahora las piedras se han ennegrecido debido al humo y el hollín.
Cuando acaben los días fríos, puedes aprovechar para darles un remozado, limpiando las piedras de tu chimenea de todos los restos de hollín acumulado.
Con esta limpieza, tu chimenea seguirá siendo el elemento principal de la decoración de tu salón, y sobre todo, estará preparada para volver a cumplir con su cometido cuando el frío vuelva de nuevo.
Limpiar el hollín de las piedras de la chimenea con agua a alta presión.
Si tu chimenea está en una habitación espaciosa, puedes considerar el uso de medios más contundentes para el hollín de las piedras, tal como la limpieza con agua a alta presión. Para ello hace falta que la habitación sea realmente grande, ya que de esta manera dispondrás de espacio suficiente para instalar protección sobre muebles y paredes, de lo contrario ten cuidado con las salpicaduras ocasionadas por el agua a alta presión, ya que pueden echar a perder tus muebles y manchar las paredes. Tampoco tienes que olvidar el proteger el suelo, sobre todo si tienes parquet o algún otro material delicado instalado, y tienes que estar preparado con un cubo y una fregona para recoger el agua que pueda correr por el suelo.
Limpiar el hollín de las piedras de la chimenea de forma manual
Si no quieres correr riesgos con el agua, hace falta pensar en una solución un poco más fastidiosa, pero igual de eficaz: La limpieza manual. Con unos buenos productos y una buena dosis de esfuerzo físico, podrás limpiar las piedras de la chimenea.
Para comenzar hace falta lavar las piedras con lejía, con lo que conseguirás desengrasar la superficie. A continuación pasarás a la limpieza propiamente dicha, de una forma más fácil y eficaz. Tienes que verter en un cubo agua hirviendo, añadirle jabón negro, piedra pómez y amoniaco. El jabón negro limpiará las piedras y la piedra pómez y el amoniaco, harán el resto del trabajo para volver a dar un brillo resplandeciente a tu chimenea.
Sólo hay que aplicar esta mezcla sobre todas las piedras de tu chimenea y dejar actuar durante algunas horas. La mezcla limpiará por si sola en profundidad, con lo que sólo quedará cepillar con un jabón suave y limpiar con agua.
Limpieza de hollín incrustado
Si crees que lo anterior puede no ser suficiente, ya que la chimenea no se ha limpiado en muchos años y por lo tanto el hollín está muy incrustado. Puedes hacer uso de una técnica que te hará pensar que estás jugando a ser aprendiz de químico. Antes que nada, como para todas las actividades en un laboratorio, tienes que equiparte para protegerte completamente, con guantes, mascarilla, gafas protectoras y llevar ropas que te cubran todo el cuerpo.
Para empezar tienes que hacer una limpieza de tu chimenea con agua tibia y jabón para la loza. Tendrás que cepillar enérgicamente con un cepillo duro para intentar quitar la mayor cantidad de suciedad. Una vez que hayas terminado con el primer paso, descansa un poco para recuperarte y pasar al paso siguiente, poniendo mucha precaución y siendo muy minucioso. Mezcla ácido clorhídrico y agua tibia y vuelve a cepillar para terminar de limpiar el hollín incrustado de las piedras de tu chimenea. Sobre todo no olvides protegerte, ya que la manipulación de este producto es muy peligrosa.
Limpiar el hollín de las piedras de la chimenea con sosa cáustica.
Si no las tienes todas contigo para usar le acido clorhídrico, es mejor que no corras riesgos, ya que de todas formas, te podemos ofrecer otra alternativa, que sin embargo, requiere el mismo tipo de precaución: guantes, gafas de protección, mascarilla y ropas que cubran la piel.
Coge hidróxido de sodio, ya sea en polvo o en cristales y dilúyelo en agua caliente. La sosa cáustica será más eficaz cuanto más caliente esté el agua. Vaporiza enseguida esta mezcla sobre las piedras, dejándola actuar durante una media hora. Ya sólo quedará aclarar con agua. Si sigue quedando suciedad, vuelve a repetir la operación para una limpieza total.
Para limpiar el hollín de las piedras de la chimenea, sólo basta con elegir el método adecuado al ennegrecimiento, recordando que cuanto más regularmente se realice la limpieza del hollín, más fácil será repetir la limpieza.
Por último, recomendarte que siempre recurras a profesionales, y que por muy efectivos que puedan ser los procedimientos de limpieza que hemos descrito en este post, su puesta en práctica depende de los materiales instalados, y nosotros no nos hacemos responsables de que los pongas en práctica, con lo que de hacerlo, es bajo tu entera responsabilidad personal y material.
Por: Pablo R. Zanardi – http://www.todochimeneas.com