La leña correcta para su chimenea 1
Es muy importante que tenga claro que uno de los elementos que le permitirá obtener el máximo rendimiento de su chimenea es la adquisición de leña de buena calidad, por lo que debe considerar las siguientes observaciones de cómo comprar, almacenar y manipular la leña que utilizará en su chimenea : La calidad de su combustible afecta al calor de aportación, duración de la combustión y funcionamiento del aparato.
Las maderas blandas, bajas en calorías, generan combustiones altas y rápidas, mientras que maderas duras, altas en calorías, queman largamente y producen más calorías.
Un buen combustible es imprescindible para el correcto funcionamiento de su chimenea, estufa, barbacoa, etc.
Chimenea Metalica Panadero Denia modelo Copenhague
Tener en cuenta que cualquier tipo de leña sirve para un fuego abierto, ya que en una buena estufa cualquier madera arde bien. Sin embargo, para fuegos cerrados, no todas las maderas son apropiadas.
Chispas no deseadas
La madera de las coníferas no deja salir fácilmente el gas que se forma en el interior del leño. Por tanto puede pasar que el trozo de leña al calentarse, produzca una gran cantidad de gas que finalmente busque el camino hacia el exterior. En esta estrepitosa explosión de gas, se expulsa un gran número de astillas ardientes que a veces pueden llegar a una distancia de varios metros del fuego. Estas chispas pueden resultar peligrosas para las alfombras, muebles y la vestimenta de las personas que están sentadas cerca de la chimenea. Aquellas personas que no deseen prescindir del temperamento de la leña de las coníferas, deberían proteger el área cercana al fuego mediante las rejillas correspondientes. La leña de los abetos produce menos hollín que la madera de pino.
Unas buenas llamas
La madera de los árboles frondosos, deja salir con más facilidad el gas que se forma en el interior del leño. Por tanto se produce con menos frecuencia una expulsión de chispas. Si desea un fuego con mucha luz y que crepite, puede utilizar leña de roble, fresno o acacia. Cuanto más caliente sea el fuego, más rápido se producirá gas en el interior del leño. Si este gas no puede salir, también se producirán expulsiones de chispas en la leña de árboles frondosos.
Debido a que la constitución de la madera de los árboles es tan individual como la constitución de las personas y la naturaleza siempre puede sorprendernos: un fuego abierto debe estar siempre vigilado.
Si vivimos en el sur de España, la leña de encina, sin duda será la madera que debamos elegir como combustible. El olivo también es una alternativa a tener en cuenta en el sur de nuestro país, pero la encina y su poder calorífico, hacen de esta leña la más cotizada.
En el norte de España, el roble y la haya, son los maderas más consumidas para la chimenea.
Pero cada vez más distribuidores de leña, del norte de España, hacen grandes esfuerzos por acopiar en sus almacenes la reina de las leñas, la leña de encina.
El olivo y el naranjo son combustibles muy demandados en la comunidad Valenciana, su olor, durabilidad y poder calorífico, la convierten en la leña ideal para chimeneas y paellas en esta comunidad.
Fuente: http://www.todochimeneas.com